28/2/11

El último monje de Tibhirine -testimonio-

  Por Jean-Marie Guénois 04/02/2011


A los 88 años, el hermano Jean-Pierre, único sobreviviente del Monasterio de Tibhirine piensa cada día en sus hermanos desaparecidos, pero, rechaza la nostalgia, ha escogido la esperanza.




ENTREVISTA – Superviviente de la matanza de 1996, nunca ha hablado desde la muerte de los monjes de Tibhirine. Hemos encontrado a frère Jean-Pierre en un monasterio en Marruecos, donde aceptó confiarse en exclusiva para Le Figaro Magazine. Habla de sus hermanos desaparecidos, de los acontecimientos trágicos que han vivido, de la película de Xavier Beauvois, De Dioses y Hombres. Pero también de su fe y de su esperanza. Fue Un encuentro luminoso.
Descripción: http://www.lefigaro.fr/icones/coeur-.gif
EL FIGARO MAGAZINE – ¿Ha apreciado usted la película « De Dioses y Hombres »?
Hermano Jean – Pierre Me ha impactado profundamente. Me emocionó ver de nuevo las cosas que hemos vivido juntos. Pero sobre todo he sentido una especie de plenitud, ninguna tristeza. He encontrado la película muy bella porque su mensaje es tan verdadero….aunque la realización de la misma no es siempre exacta, en comparación con lo que ha ocurrido. Pero esto no tiene importancia. Lo esencial es el mensaje. Y esta película es un icono. Un icono dice mucho más que lo que se ve…Es un poco como un canto gregoriano. Cuando está bien compuesto, el autor pone un mensaje, y el que lo canta aún encuentra más, porque el Espíritu trabaja en él. En este sentido, este film es un icono. Es un verdadero éxito.
¿No tiene usted ninguna crítica  que hacer?



He oído algunos criticar el papel del Prior, Christian de Chergé. Algunos lo ven como un poco insignificante, pero lo encuentro muy bien. Otros lo ven austero, porque nunca lo ven sonreír. Pero está del todo en su personaje, que conviene a la grave situación que hemos atravesado. En este papel, admiro su manera de estar atento a sus hermanos, en particular en los momentos difíciles. No quiere imponer, El está a la escucha. Se le siente lleno de respeto por los hermanos. Se ve bien al pastor y su ansia de abrirse a Dios, para dejarse trabajar por Dios y tener la reacción que hace falta delante de los hermanos. En todo el film, se ve esta apertura a Dios, se Le interroga, se deja uno influenciar por El. ¡Es monástico!
¿Hay algo que falta en relación con la historia real?
No me lo ha parecido
¿Pero cómo,como monje, vivió usted el éxito de la película?
Descripción: Près de la chapelle, le «mémorial» et les photos de sept frères décapités. En bas à droite, celle du frère Amédée, également rescapé de Tibihirine et décédé ici, à Midelt, au Maroc.Estamos satisfechos y admirados de ver semejante éxito, ¡pero nosotros no tenemos nada que ver! El hecho de ser conocidos me estorba un poco…Un monje está hecho para estar oculto.



  
Cerca de la capilla, el “memorial” y las fotos de los siete hermanos decapitados. Abajo, a la derecha, la del hermano Amedée, igualmente superviviente de Tibhirine y fallecido estando aquí, en Mídelt, Marruecos.









¿Porque estaban ustedes al principio en contra del rodaje de la película?
No quisimos aceptar la película y su rodaje en Marruecos, por razón del peligro de ser considerados sospechosos de proselitismo. Algunos, en ese momento, no recibían desde hacía tiempo su tarjeta de residencia. Teníamos que ser muy prudentes pero estábamos confiados a la voluntad del Señor. El equipo conocía nuestra oposición y los motivos de nuestra prudencia. No hemos sido, pues, consultados. Han sido muy respetuosos.

¿Cuando  llegó a Tibhirine?
Nunca olvidaré ese 19 de septiembre de 1964. Cuando llegamos en el 2 CV cerca del Monasterio, recordaré siempre la imagen de ese niño, sentado sobre un burro, que vino a nuestro encuentro para darnos la bienvenida. Yo estaba muy feliz. Desde mi pequeña celda, veía el muro, la huerta y el pueblo a lo lejos. Me dije a mí mismo: este el paisaje que veré hasta el final de mi vida. Porque en mi corazón, era para toda la vida. Sin vuelta. Allí he permanecido treinta y dos años, desde 1964 hasta el secuestro en 1996.

¿Cómo era la vida allí?
Los principios fueron difíciles. La comunidad no tenía estabilidad y fue un periodo muy duro para vivir. Por otra parte, la nueva Argelia estaba imponiéndose. Las relaciones con la gente de los alrededores no era evidente Había reacciones de rechazo a los franceses. Se sentía este abismo con ocasión de las fiestas cristianas o musulmanas. No teníamos nada que ver los unos con los otros. Luchamos pues contra esto e intentamos adaptarnos mutuamente. Para ello, el dispensario, atendido por el hermano Luc, fue muy importante. ¡Recibía hasta 80 personas cada día! Luego Christian de Chergé,  elegido Prior, en 1984. Necesitábamos a alguien como él que hablaba árabe y conocía bien la cultura musulmana. A partir de ahí, nos convertimos en una verdadera comunidad, más estable. Los que se comprometían, lo hacían verdaderamente. Éramos casi independientes. Lo que fue una ventaja, pues esto nos permitió tomar muchas iniciativas en la relación Islamo-cristiana.

¿Que papel ha tenido Christian le Chergé?
Ha habido, con él, una evolución hacia la islamología. Personalmente, estudió mucho el Corán. Por la mañana, hacía su lectio divina, con una Biblia en árabe. A veces practicaba la meditación con el Corán. Buscaba como hacernos evolucionar. Teníamos relaciones con el Islam, pero no a un nivel intelectual. El conocía muy bien el entorno musulmán, y la espiritualidad sufí. Algunos monjes estimaban que la comunidad tenía que permanecer equilibrada y que no debía estar   orientado todo hacia el Islam. Lo que provocó tensiones. Estas tensiones se superaron gracias a la creación de un grupo de diálogo y de relación con los musulmanes sufíes que llamamos “ribât”. Comprendimos que la discusión sobre los dogmas dividía, pues era imposible. Hablábamos pues del camino hacia Dios. Rezábamos en silencio, cada uno según su propia forma de oración. Estos encuentros bienales fueron interrumpidos en 1993 cuando esto empezó a volverse peligroso. Pero este conocimiento mutuo hizo de nosotros verdaderos hermanos en profundidad.

¿En que le ha marcado  el Padre Christian de Chergé?
Lo que más me ha marcado, fue su pasión interior por descubrir el alma musulmana y por vivir esta comunión con ellos y con Dios, permaneciendo un verdadero monje cristiano.

¿A quien se sentía usted más cercano? 
¡Con el hermano Luc! Estábamos  muy unidos. No era sacerdote, era hermano. Uno podía confiarse a él. Estaba lleno de sabiduría. En una comunidad donde no había muchos sacerdotes, no era fácil encontrar un director espiritual. Si teníamos un problema o una dificultad de relación con un hermano, íbamos primero a ver al hermano Luc, sabiendo muy bien como iba a respondernos. Era un modelo… en el capítulo mismo durante el periodo de tensión y de miedo, siempre tenía la palabra para hacernos reír. Era valioso para la vida de comunidad., Incluso, si como médico, él tenía un régimen especial, pues estaba en su dispensario todo el día, además ¡cocinaba! Empezaba su jornada a la 1 de la madrugada para estar listo a las 7 de la mañana en el dispensario. Tenía mucha asma y no conciliaba el sueño. ¡Dormía sentado! Muy unido a mí estaba también el Padre Amedée, el otro superviviente, que falleció aquí, en Midelt.

 
Nuestra Señora del Atlas perpetua, en Marruecos, el espíritu de Tibhirine y la misma tradición de dialogo con todos.


¿Rezan ustedes por sus hermanos desaparecidos?
Intento dedicarles un tiempo, cada mañana. No los olvidamos. Están presentes. Todos. Intentamos progresar. La película, a este respeto, nos estimula en nuestra vocación.

¿Sus hermanos le hablan en sus oraciones ?
No, todavía no…Tengo la certeza que están cerca del Señor. La he tenido desde el principio por razón de su martirio. Eso da alegría, no tristeza. Es lo que siento viendo la película: alegría, ¡nostalgia no! (risa). Esperando que el Señor nos envíe otros monjes que quieran vivir esto.

¿No siento usted nunca nostalgia por la vida en Thibirine?
Un poco, sí…hemos vivido juntos cosas muy bellas. Y esta vida en común puede representar al Señor y  la iglesia. Es una vocación preciosa. Puede llegar lejos. Cristo es más grande que la Iglesia. Los sufíes utilizaban una imagen para hablar de nuestra relación con los musulmanes, Es como una escalera con doble pendiente. Está puesta en el suelo y la cima toca el cielo. Nosotros subimos por un lado, ellos suben por el otro, según su método. Cuanto más cerca estamos de Dios, más cerca estamos los unos de los otros. Y recíprocamente, cuanto más cercanos estamos los unos de los otros, más cercanos estamos de Dios. Toda la teología está ahí dentro.

Y sin embargo, era la muerte estaba allí en la cita…
Lo que hemos vivido allí, juntos y desde el principio, era una acción de gracias. Nos habíamos preparados juntos. Por fidelidad a nuestra vocación, habíamos escogido quedarnos sabiendo muy bien lo que nos podía ocurrir. El Señor nos envía, no íbamos a renunciar aunque alrededor de nosotros, los violentos buscaran hacernos marchar, e incluso los oficiales. Pero teníamos nuestro Maestro y estábamos comprometidos con El. En segundo lugar estaba la voluntad de ser fieles a la gente de nuestro entorno para no abandonarlos. Ellos estaban también tan amenazados como nosotros. Estaban entre dos fuegos, entre la armada y los terroristas, los guerrilleros.  La decisión de no separarnos fue tomada en 1993. Y aunque hubiésemos sido dispersados por la fuerza, teníamos que encontrarnos en Féz, en Marruecos, para establecernos en otro país musulmán.

¿Cómo vive lo ocurrido: como un fracaso o como un cumplimiento?
Después del secuestro, el padre Amedée y yo nos vimos obligados a bajar a Argel con la policía. Rezábamos por nuestros hermanos. Para que Dios les diese la fuerza y la gracia de llegar hasta el final. Esperábamos una intervención de Francia o una intervención eclesiástica para obtener su liberación. Nos enteramos de su muerte el 21 de mayo 1996. Estábamos rezando las vísperas. De repente, un hermano joven llegó a la capilla y se tiró delante de todos, boca abajo, gritando su desesperación: “¡Los hermanos han sido asesinados”!  Por la noche, mientras estábamos uno al lado del otro fregando los platos, le dije: “Hay que vivir esto como algo muy bello, muy grande, hay que ser dignos. Y la misa que celebremos por ellos no será de negro. Será de rojo”.  Los vimos enseguida, en efecto, como mártires.  El martirio fue el cumplimiento de todo lo que habíamos preparado desde hacía tiempo, en nuestra vida. Esos años que habíamos vivido juntos en el peligro. Estábamos preparados, todos. Pero eso no excluyó el miedo.                                                                              
Descripción: La chapelle, cœur battant du monastère : à gauche de l'autel l'icône de la Vierge rapportée de de Tibihirine, désormais solidement accrochée, ici, au Maroc.

  

La capilla, corazón latiente del Monasterio: a la izquierda del altar, el icono de la Virgen traída de Tibhirine, desde entonces firmemente instalada, aquí, en Marruecos.

¿Cuándo comenzó el miedo?
A partir de 1993, a raíz de la visita del GIA, la noche de Navidad. La comunidad creció en unión y en profundidad. El peligro estaba ya por todas partes, en todo momento, noche y día. Esto nos trastornó mucho. Verdaderamente pasamos por un gran bache en esos momentos.

¿Qué es lo que pasó  exactamente?
La Navidad de 1993, por la noche, saltaron el muro. Estábamos en la sacristía con Celestin, que preparaba las fichas de cantos para la misa de Navidad. Hombres armados hasta los dientes nos rodearon. Los croatas acababan de ser asesinados, pensábamos que también íbamos a morir. Nos  tranquilizaron. No nos harían nada por ser religiosos. Luego empezaron a hablar mal del gobierno. Y el jefe dijo: « Quiero ver el Papa de aquí. » Fuimos a buscar a Christian, que inmediatamente dijo: « Aquí no se puede entrar con armas. Si queréis venir aquí, dejad vuestras armas fuera. Nadie nunca entró aquí armado. ¡Esta es una casa de paz!».  Finalmente hablaron y pidieron tres cosas: que el médico fuera a curar los heridos en la montaña, medicinas, y dinero. Con tacto, Christian respondió no a las tres peticiones. Salvo por los heridos que podían venir como todo el mundo al dispensario. Y después les dijo en árabe que estábamos preparando « la fiesta del nacimiento del Príncipe de paz». No lo sabían y pidieron excusas, pero dijeron: «Volveremos». Dando una consigna: preguntarían por  «Monsieur Christian» Esa noche la misa del gallo tuvo un sabor especial. Al día siguiente, en capítulo, comenzamos las discusiones sobre el futuro.

¿Qué  se decidió entonces?
Que si nos pedían dinero, les daríamos un poco para evitar la violencia, pero pensábamos de todas maneras irnos, porque no queríamos colaborar con ellos. Después, el obispo de Argel vino a decirnos que si decidíamos irnos, no deberíamos hacerlo todos a la vez, para no trastornar a la Iglesia de Argelia. Decidimos que dos de entre nosotros se irían. Celestin, que había estado traumatizado por esta Navidad, y que tenía que sufrir seis intervenciones cardíacas, y el hermano Paul, que necesitaba reposo.

¿Había unanimidad entre vosotros?
Hubo otro capítulo después de esa Navidad. Unos pensaban que había que quedarse, los otros que era mejor irse. Que además, en ese momento, por seguridad, estábamos obligados a cerrar el Monasterio desde el atardecer hasta por la mañana. Hemos dicho también a los huéspedes que no vinieran más. Estábamos aislados. Esto cambió la economía del Monasterio y había que encontrar otros medios para vivir.

¿Hubieron pues discrepancias?
Descripción: Frère Jean-Pierre chante les offices d'une voix de jeune homme; dans son regard, la gravité, mais aussi une intense joie intérieure.Eso evolucionó. El padre Armand Veilleux, vino a predicar uno de los últimos retiros, y nos dijo que habíamos llegado a la cima de nuestra vida en común. Habíamos pues llegado unánimemente a la decisión de quedarnos. Las relaciones fraternales se habían consolidado. En capítulo, no podíamos tomar a la ligera decisiones tan graves. En relación el GIA, en relación a una partida, sobre nuestra conducta si éramos secuestrados o dispersados…Entonces estábamos todos decididos a quedarnos, pero el temor de lo que iba a sucedernos estaba presente, más o menos, en cada uno de nosotros. Pero la vida seguía. Había atentados a izquierda y derecha. Gente cercana al Monasterio había sido arrestada o amenazada. Este era el clima en el cual estábamos viviendo.

 
Frère Jean-Pierre canta los oficios con una voz de joven; en su mirada, la gravedad, pero también una alegría interior.

¿No había serenidad, aun después de haber escogido quedarse?
No, ninguna. De noche, cuando cantábamos completas, había como una plancha de peligro, de plomo, que planeaba sobre el Monasterio. De noche, podía ocurrir cualquier cosa. Nos decíamos: ¿que va a pasar esta noche? No considerábamos ser asesinados, pero sabíamos que esto podría ocurrir en cualquier momento. Teníamos suerte de ser una comunidad. Y la vida continuaba, uno era cocinero, el otro jardinero, el otro se ocupaba de la administración. Esto permitía  olvidar, pero al atardecer, en la noche, nos preguntábamos lo que podía ocurrir. No hablábamos de esto, pero cada uno pensaba en ello.

¿Qué pasó la noche del secuestro?
La noche del secuestro, estaba en la habitación de la portería. Me desperté hacia la una, al oír el ruido de las voces delante del portal. Ya estaban en el interior, en el jardín. Seguramente querían ver al médico  Yo esperaba que llamaran a la puerta para presentarme. Fui a mirar por la ventana. He visto a uno que iba directamente a la habitación de Luc. Cosa que no era normal, pues cuando se quiere ver al médico, se llama al portal, y el portero se presenta. Y oí una voz que decía: « ¿Quién es el jefe? » Y reconocí a Christian. Pensé: «Los ha oído antes que yo y les ha abierto y les va a dar lo que quieran.» Al cabo de un cuarto de hora, oí la puerta que da a la calle cerrarse y pensé que se habían ido. Un poco más tarde, el padre Amedée llamó y me dijo: « ¡Los hermanos han sido secuestrados! ». Salieron entonces por detrás , si no, yo  les habría oído.

¿Qué sintió entonces?
La pregunta que se me ocurrió pensar inmediatamente fue: “¿Si los hubiera oído y visto salir, qué hubiera hecho? ¿Me hubiera quedado o hubiera corrido tras ellos para ir con ellos?

¿Y su respuesta?
Todavía no me he contestado a esto. Si esto hubiera ocurrido, no hubiera sido fácil, pero tengo el sentimiento que hubiera corrido tras ellos. Amedée me dijo en seguida: «No los van a matar, porque si hubieran querido hacerlo, lo hubieran hecho en el momento». Era en efecto, muy difícil circular por la montaña de noche, pues había un puesto militar no lejos, en la colina. Además, Luc tenía 82 años y otro acababa de salir del hospital, con seis operaciones cardiacas. Andar con gente así, no era fácil. Pensábamos que iban a servirse de ellos para algún plan. Entre tanto, nos sentíamos solos, privados de nuestros hermanos. La comunidad estaba destruida. Esperábamos naturalmente que fueran liberados pronto, pues si no volvían la vida se habría acabado en el Monasterio.
Un extracto de la película de Xavier Beauvois, De dioses y hombres


¿Por qué los raptores no entraron  como de costumbre?
Cuando venían saltaban el muro. Y desde el interior abrían la puerta que daba a la calle. Había un simple pestillo. Nunca estuvo esta puerta cerrada con llave. Queríamos que nuestras relaciones fuesen fundadas en la confianza mutua.

¿Los raptores eran gente de la GIA o no?
El guardián del Monasterio me dijo que habían ido primero a su casa diciéndole que querían ver al médico, bajo pretexto de que tenían a dos heridos graves. Le había contestado que los padres le habían prohibido prolongar su servicio de guardia del Monasterio durante la noche. Lo que era verdad, se lo habíamos prohibido para que no hubiese problemas para su familia y por él en el caso de una desgracia, si ocurría una agresión…Insistieron. El guardián salió de su casa pues, por el patio interior para ir al Monasterio. Ahí, se encontró con un grupo que ya estaba en el patio. Llevado delante del portal que daba a la portería, se encontró con un grupo que había apresado al padre Christian. Este último preguntó: « ¿Quién es el jefe? » Uno de los raptores contestó designando al cabecilla: « Es él, el jefe, hay que obedecerle». Y uno de ellos, dirigiéndose al guardián, preguntó: « ¿Son siete verdad? ».  El guardián contestó: «Así es, como tú lo dices». Sin embargo, éramos nueve…Esta es probablemente la razón por la cual el padre Amadeo y yo mismo no fuimos secuestrados; pues después de haber cogido a siete hermanos, se fueron del lugar sin registrar la casa.

¿Pero usted, qué cree: ¿Quién los secuestró? ¿El GIA o el ejército?
No sabemos quienes vinieron al Monasterio. Por lo demás, nos lo preguntamos como todo el mundo. La investigación continúa. Por lo que respecta al GIA, el guardián me contó que cuando bajaron de nuevo, uno de ellos que los acompañaba dijo a uno de sus colegas: « Ve a buscar una cuerda fina, va a ver lo es el GIA», porque querían degollarle, pero pudo escabullirse.

Después de varios año,¿ no se han aclarado para usted los motivos de este secuestro?
No está claro. En uno de sus comunicados en radio Medi 1, el GIA da una razón a sus condenas a muerte: « las gentes se evangelizaban a su contacto, porque tenían relaciones y salían de su Monasterio, eso es lo que los monjes no deben hacer. Se merecen la muerte. Tenemos todo el derecho de ejecutarles». He aquí una de las razones. Fue dada por los mismos islamistas. Después de esto, otros motivos que fueron dados son solo hipótesis, esperando el veredicto del juez de instrucción, que prosigue con la investigación sobre las circunstancias de su secuestro y de su condena a muerte.
Descripción: Le nouveau monastère est blotti sur les contreforts de l'Atlas, où une main divine semble avoir signé les paysage. 


El nuevo Monasterio está metido en la estribación del Atlas, donde una mano divina parece haber firmado los paisajes.


¿Cómo vive ese enigma?
Bien nos gustaría saber quien los ha matado y donde están enterrados los cuerpos. Sí que nos gustaría saberlo, pero es todo, esto no me inquieta más. Esto no cambia nada la muerte de nuestros hermanos. Están muertos por las razones por las cuales habían decidido quedarse. Por esta razón,  son mártires. Dieron sus vidas. Estaban dispuestos a dar sus vidas por ello.

¿Se puede desear el martirio?
Algunos lo han hecho, pero no era nuestro estado de espíritu. No lo deseábamos, no estábamos allí para esto. Pero había que estar preparados para eso. Estábamos en las manos de Dios. Y es por esto que, viviendo en este estado de espíritu, mis hermanos están muertos. Debo reconocer y decir que no hemos sido extremadamente traumatizados. Es evidente, que esto marca, hace sufrir, da mucha pena…Pero sabíamos el “porqué”, y ¡estábamos todos dispuestos a ello! En la vida no estamos más que de paso, termina de una manera o de otra. Después nos encontramos con el Señor.

La película de Xavier Beauvois, inspirada en sus sacrificios, ¿podría ser un fermento de reconciliación entre cristianos y musulmanes?
¡Claro que sí! El ejemplo de los hermanos, en sus relaciones con la gente, con los musulmanes, muestra que podemos ser verdaderos hermanos, en la comunión, juntos, en profundidad, y no solamente en la superficialidad. Algunos lo han vivido. No es raro. Cuando los cristianos ven esto, se dan cuenta que los musulmanes son gentes como los demás. Algunos son muy buenos: los valores de acogida, de amabilidad, de ser servicialidad, se ven. Así como los valores de unión con Dios, de oraciones cotidianas. Relaciones con Dios que son a veces sorprendentes y que son verdaderos ejemplos para nosotros, cristianos. Un amigo de Christian, que dio su vida por él, le decía: « ¡Los cristianos no saben orar…son muy caritativos, hacen muchos favores, pero no los vemos nunca orar! » Hay muchos cristianos que podrían escuchar esto.

¿No ha sentido usted nunca odio durante y después de este drama?
Es curioso, pero no he sentido ese sentimiento.

¿Y amargura?
Tampoco.

¿Cómo interpreta usted el endurecimiento actual de algunos musulmanes contra los cristianos cuyos atentados recientes han sido una señal?
Esto viene de los extremistas. Los verdaderos musulmanes dicen: nosotros no somos así. Sienten vergüenza de lo que les ha ocurrido a los hermanos. Esto no es la “religión”. Por otra parte, no nos conocemos bastante. Se percibe a través de los violentos y esto crea tendencia a agruparse entre si y un miedo a los contactos. La solución, es de cultivar la amistad, aunque nos puedan engañar.

¿Ser engañado?
Sí, algunos dicen, la recíproca, no se ve mucho: se les permite a los musulmanes construir mezquitas en nuestro país, pero no puede uno ni soñar con construir Iglesias en su país.

¿Lo piensa de verdad? Los cristianos son, de hecho, a menudo acusados de incredulidad hacia el Islam…
La cuestión no es esta. ¡Por la fe, nos arriesgamos! Está en el Evangelio: “Amaros como yo os he amado”. Entonces, a menudo, perdemos, hay que saberlo. Pero ocurre que esto produce una reacción. Entonces la reciprocidad existe y un reconocimiento mutuo puede ir muy lejos.

¿Cuál es su esperanza para 2011?
Hay que esperar que el amor sea siempre el más fuerte. Que el amor de Dios tendrá la última palabra. Fundada en Dios, la esperanza debe permanecer. Y no nos toca a nosotros resolver esto. La esperanza invencible, como decía Christian le Chergé. No debe ser vencida, debe estar siempre abierta, cimentada sobre Dios, sobre su gracia. Incluso cuando se muere bajo los golpes. Como él decía, la esperanza debe seguir abierta….



24/2/11

Lo primero


          «Sobre todo, buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura». Las palabras de Jesús no pueden ser más claras. Lo primero que hemos de buscar sus seguidores es "el reino de Dios y su justicia"; lo demás viene después.  ¿Vivimos los cristianos de hoy volcados en construir un mundo más humano, tal como lo quiere Dios, o estamos gastando nuestras energías en cosas secundarias y accidentales?
          No es una pregunta más. Es decisivo saber si estamos siendo fieles al objetivo prioritario marcado por Jesús, o estamos desarrollando una religiosidad que nos está desviando de la pasión que llevaba él en su corazón. ¿No hemos de corregir la dirección y centrar nuestro cristianismo con más fidelidad en el proyecto del reino de Dios?
          La actitud de Jesús es diáfana. Basta leer los evangelios. Al mismo tiempo que vive en medio de la gente trabajando por una Galilea más sana, más justa y fraterna, más atenta a los últimos y más acogedora a los excluidos, no duda en criticar una religión que observa el sábado y cuida el culto mientras olvida que Dios quiere misericordia antes que sacrificios.
          El cristianismo no es una religión más, que ofrece unos servicios para responder a la necesidad de Dios que tiene el ser humano. Es una religión profética nacida de Jesús para humanizar la vida según el proyecto de Dios. Podemos "funcionar" como comunidades religiosas reunidas en torno al culto, pero si no contagiamos compasión ni exigimos justicia, si no defendemos a los olvidados ni atendemos a los últimos, ¿dónde queda el proyecto que animó la vida entera de Jesús?
          Tal vez, la manera más práctica de reorientar nuestras comunidades hacia el reino de Dios y su justicia es comenzar por cuidar más la acogida. No se trata de descuidar la celebración cultual, sino de desarrollar mucho más la acogida, la escucha y el acompañamiento a la gente en sus penas, trabajos y esperanzas. Compartir el sufrimiento de las personas nos puede ayudar a comprender mejor nuestro objetivo: contribuir desde el Evangelio a un mundo más humano.
          En su primera encíclica, Juan Pablo II, recogiendo una idea importante del Concilio Vaticano II, nos  recordó a los cristianos cómo hemos de entender la Iglesia. Lo hizo de manera clara. "La Iglesia no es ella misma su propio fin, pues está orientada al reino de Dios del cual es germen, signo e instrumento". Lo primero no es la Iglesia, sino el reino de Dios. Si queremos una Iglesia más evangélica es porque buscamos contribuir desde  ella a buscar un mundo más humano.

José Antonio Pagola

Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
Contribuye a recuperar el proyecto de Jesús. Pásalo.
27 de febrero de 2011
8 Tiempo ordinario (A)
Mateo 6, 24-34


23/2/11

Fritz Lobinger: “El sacerdocio ha cambiado muchas veces y puede volver a hacerlo”

Obispo emérito en Sudáfrica, publica ‘Equipos de ministros ordenados’


 (Emilia Robles) El obispo Fritz Lobinger (Passau, Alemania, 1929) lleva más de 50 años en Sudáfrica. Titular de la diócesis de Aliwal de 1988 a 2004, continúa viviendo en Durban. Fue cofundador en África de los Institutos Lumko de Misionología, con el modelo pastoral de pequeñas comunidades cristianas y el método de la ‘Biblia compartida’. Ha viajado por varios continentes, particularmente África, Asia y, recientemente, América Latina. La falta de presbíteros y la maduración de las comunidades cristianas son su principal preocupación pastoral.
Ante esto, propone que no se dejen solos a los obispos y al Papa en esa difícil tarea de dar salida a la “falta de vocaciones”, y que la comunidad de discípulos se implique activa y dialogalmente, buscando el consenso y la comunión corresponsable. Sus propuestas para la solución al ministerio presbiteral siempre están conectando con la gran tradición de las primeras comunidades paulinas.
Ha escrito varios libros en alemán, inglés y portugués. En primavera podremos leer en español sus dos últimos libros, Equipos de ministros ordenados y El Altar vacío (ambos en Herder). Su propuesta, reflexionada hasta en los detalles, fundamentada y abierta al debate, va encontrando cada vez más eco en una grave preocupación eclesial. Un gran tema pendiente para ser abordado en un amplio y corresponsable clima conciliar.
- Lleva años pensando y escribiendo sobre esta propuesta de dos formas complementarias de ministerio presbiteral en la Iglesia católica. ¿Cuándo y cómo comenzó a reflexionar sobre esta propuesta?
- Empecé ya a reflexionar sobre ello en la década de 1970, cuando vi con mis propios ojos cómo muchas comunidades sin curas residentes estaban ansiosas de poder ejercer los ministerios desde ellas mismas, haciendo voluntariamente ese trabajo. No sólo lo he visto de forma aislada, sino en muchísimas ocasiones. Y no sólo en mi diócesis, sino en muchos países de África, Asia y América Latina. He visto que estos ministros voluntarios han funcionado bien durante muchos años. Ante esta realidad, me pregunté: si las comunidades pueden ejercer tantos ministerios, ¿no es nuestro deber confiarles también el ministerio ordenado?

En la línea del Vaticano II

- ¿Cree que este proyecto es apto para ser aplicado en cualquier comunidad? ¿Cuáles serían las condiciones previas para su aplicación?
- Este proyecto no puede desarrollarse de forma inmediata en todas las comunidades, pero sí, con el tiempo, en la mayoría de ellas. Hay muchas parroquias en las que predomina una actitud pasiva. Nunca han oído hablar –ni piensan– en la posibilidad de que ellos mismos hayan de ejercer los carismas que han recibido. Ni siquiera son conscientes de que los tienen. El primer paso –en ellas– es transmitirles el mensaje del Concilio Vaticano II, que dice que todos los fieles tienen carismas y que éstos deben ser desarrollados. Hay que comenzar por poner los cimientos de un fuerte espíritu comunitario. Las comunidades deben, primero, superar el sentimiento de que “todo lo que se hace en la parroquia lo tiene que hacer el sacerdote; el sacerdote es la Iglesia”. Las miles de comunidades de las que hablé anteriormente ya han desarrollado esta convicción: “Somos la Iglesia. Las tareas de la Iglesia son nuestras propias tareas”. Este cambio de conciencia no se logra a través de sermones, sino dialogando entre todos y planteándonos qué estamos haciendo y qué podemos hacer, es decir, tomando decisiones juntos. El consejo parroquial debe convertirse en un lugar donde se escucha la voz de toda la comunidad y donde esta voz es respetada.
Otra manera sencilla de empezar a crear espíritu de comunidad es a través del Evangelio compartido entre pequeños grupos de vecinos. Basta con que el sacerdote asista un par de veces para iniciar el grupo; después, funcionan solos. Este método de trabajo ayuda a convencer a todo el mundo de que todos somos receptores del mensaje, que todos nosotros podemos comentar el Evangelio y que todos somos hermanos y hermanas en la Iglesia.

Tradición venerable

- ¿Esta propuesta de ordenar presbíteros en las comunidades es algo nuevo o ya existía en la gran tradición de la Iglesia?
- La ordenación de los líderes locales voluntarios ha sido la norma en la Iglesia durante algunos siglos. Leemos en la Biblia, en los Hechos de los Apóstoles, capítulo 14, cómo san Pablo lo hizo cuando él y sus compañeros visitaron las comunidades de reciente formación: “En cada una de estas comunidades a las que visitaron, ordenaron ancianos”. Esto significa que en cada pequeña comunidad cristiana no sólo había uno, sino varios líderes ordenados. Ninguno de ellos era asalariado de la Iglesia, sino que todos siguieron en su trabajo secular. Durante algunos siglos, era evidente que había presbíteros que no se enviaban a la comunidad, sino que surgían de dentro de ella. En la práctica oficial de la Iglesia, lo que una vez ha sido aceptado, puede volver a ser aceptado hoy día. Es un modelo que se nos permite seguir.
- ¿Qué aspectos de la propuesta podría propiciar un consenso entre los diversos sectores de la Iglesia?
- El consenso sólo será posible en la Iglesia si queda claro que la propuesta no destruye el sacerdocio existente. En este momento, muchos obispos tienen miedo de que la ordenación de los líderes locales ponga en peligro a los sacerdotes actuales. La forma actual del sacerdocio seguirá siendo como es, incluso puede salir beneficiada, si una segunda forma emerge junto a ella, de tal manera que las dos formas se necesiten y se refuercen mutuamente. Tampoco pedimos “sacerdotes casados”, contraponiéndolos a lo que algunos pueden vivir como elevado ideal de entrega total y espiritualidad específica del sacerdote célibe. Nosotros pedimos la ordenación de los líderes locales. Por supuesto, estos líderes locales son gente madura, en general, casada, pero nuestro objetivo es que sean personas que procedan de la comunidad. Y los actuales sacerdotes seguirán junto a ellos, como hasta ahora.

Objeciones y obstáculos

- ¿Cuáles son las principales objeciones y los obstáculos en contra de este proyecto? ¿Por dónde podrían empezar a sortearse estas dificultades?
- Tristemente, vemos algunos obispos y sacerdotes que quieren volver a los viejos tiempos, mientras que la gran mayoría de los laicos quiere seguir hacia delante. Esta tensión, si no se aborda bien, resulta peligrosa porque puede abrir brechas insalvables en la Iglesia. Algunos se opondrán también a la propuesta porque piensan –erróneamente– que el sacerdocio no ha cambiado nunca ni puede cambiar. Pero la realidad es que, en la historia, ha cambiado muchas veces y puede volver a cambiar.
Otros pueden poner objeciones porque subestiman a los laicos y no van a creer que los líderes locales puedan ser ordenados como presbíteros, dedicados a tiempo parcial. Pero tenemos la prueba ya, en comunidades sin sacerdotes, de que líderes de muchas de estas comunidades activas y maduras son capaces y están dispuestos a ejercer muchos ministerios, también el ministerio ordenado. Entiendo que todas éstas y otras dificultades han de sortearse a través de un debate amplio de todos estos aspectos en nuestra Iglesia, siempre en un clima de diálogo y colaboración.

En el nº 2.742 de Vida Nueva. Si es usted suscriptor, lea la entrevista íntegra.



21/2/11

“Dibujar es un don de Dios que me ayuda a expresarme”

Entrevista a Patxi Velasco Fano:

Nacido en Oviedo en 1973, desde los 17 años reside en Málaga, donde contrajo matrimonio con Susana y nacieron sus dos hijos, Judith y Javi. Estudió magisterio y psicología. En la actualidad, ejerce la docencia en un colegio de Málaga, siendo jefe de estudios. Pertenece a una comunidad cristiana, “María de Nazaret”, de la Parroquia de Santa María de la Amargura. Su labor pastoral la desarrolla como catequista en la barriada donde está enclavado su colegio, en la que, además, realiza voluntariado de Cáritas.



Su manera de expresarse es a través de sus dibujos que, semanalmente, aparecen en el boletín “Diócesis” y en la página web de la Diócesis de Málaga (www.diocesismalaga.es). Colabora también con otras diócesis y realiza carteles para los congresos nacionales de asma. Vive su faceta de dibujante como una vocación y un servicio. Junto al dibujo, su vocación se completa con el servicio a los pobres.

- ¿Cómo comenzaste a dibujar?
Empecé haciendo carteles para campamentos y catequesis. Los más conocidos son los dibujos en el boletín “Diócesis” y en la web diocesana. He realizado logotipos para la Delegación de Catequesis, para Pastoral de Juventud…



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- ¿Qué es para ti el dibujo?

Considero que el Señor me ha dado un don, por lo que el dibujo se convierte en una manera de expresarme. Dibujo incluso cuando doy clase. Es un regalo de Dios que me recuerda la parábola del grano de mostaza, que siendo pequeño se hace muy grande. Dibujo en un cuarto pequeño de la terraza de mi casa. Mis dibujos son una levadura invisible. Son muy de Dios porque surgen de un proceso de oración. Luego me escriben de Uruguay, de Perú, de México… diciendo que los han utilizado. Internet, que se creó para una cuestión militar, se ha transformado en un medio muy válido para que llegue la Palabra de Dios a todos los lugares.

- ¿Cómo son tus dibujos?

Una vez le dije a un cura que mis dibujos tenían pinta infantil. Me dijo que lo que entienden los niños, lo entienden los adultos. Y creo que llevaba razón. No me siento dibujante. Creo que tiene más valor el significado de mis dibujos, a dónde lleva ese significado, que el dibujo en sí. Diría que son dibujos sencillos que transmiten algo profundo, con colorido y vida. Tienen una intención que se ve claramente, por ejemplo, en el uso de los remiendos, la paloma… Nacen de la oración. Forman parte de un proceso de oración personal. Muchas veces me extraño, cuando pasa el tiempo, de que haya podido hacer tal o cual dibujo y que eso se me haya ocurrido a mí. Me siento co-autor, porque sé que esto es un don de Dios.

A continuación os dejamos un “autorretrato” de Patxi. Aquí podemos descubrir de dónde saca él la inspiración para sus estupendos dibujos.




Para más información:

http://jovenesdehonianos.blogspot.com/2009/06/dibujos-cristianos-fano.html





11/2/11

El secreto para ser feliz

Un sabio, al ver la sencillez y la pureza de un niño, le dijo:
"A ti te enseñaré el secreto para ser feliz. Ven conmigo y presta mucha atención.
Son dos cofres en donde guardo el secreto para ser feliz y estos son:
MI MENTE Y MI CORAZÓN.

El gran secreto no es otro que una serie de pasos que debes seguir a lo largo de la vida".


"El primer paso, es saber que existe la presencia de Dios en todas las cosas de la vida, y por lo tanto, debes amarlo y darle gracias por todas las cosas que tienes."


"El segundo paso, es que debes quererte a ti mismo, y todos los días al levantarte y al acostarte, debes afirmar: yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy inteligente, soy cariñoso, espero mucho de mí, no hay obstáculo que no pueda vencer: Este paso se llama autoestima alta."


"El tercer paso, es que debes poner en practica todo lo que dices que eres, es decir, si piensas que eres inteligente actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz haz lo que te propones; si piensas que eres cariñoso expresa tu cariño; si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas. Este paso se llama motivación."


"El cuarto paso, es que no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es, ellos alcanzaron su meta, logra tú las tuyas."


"El quinto paso, es que no debes albergar en tu corazón rencor hacia nadie; ese sentimiento no te deja ser feliz; deja que las leyes de Dios hagan justicia, y tú perdona y olvida."


"El sexto paso, es que no debes tomar las cosas que no te pertenecen, recuerda que de acuerdo a las leyes de la naturaleza, mañana te quitarán algo de más valor."


"El séptimo paso, es que no debes maltratar a nadie; todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos respete y se nos quiera."


"Y por último, levántate siempre con una sonrisa en los labios, observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y bonito; piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes; ayuda a los demás, sin pensar que vas a recibir nada a cambio; mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos el secreto para ser triunfador y que de esta manera, puedan ser felices... "



9/2/11

LA ESPERANZA DE UN SUEÑO



Un pequeño gusanito caminaba un día en dirección al sol.
Muy cerca del camino se encontraba una chapulin. -Hacía dónde te diriges?, le preguntó.
Sin dejar de caminar, la oruga contestó: -Tuve un sueño, anoche soñé que desde la punta de la gran montaña yo miraba todo el valle. Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo.
Sorprendido, el chapulín dijo mientras su amigo se alejaba: -Debes estar loco!, Cómo podrás llegar hasta aquel lugar? -Tú, una simple oruga! Una piedra será una montaña, un pequeño charco un mar y cualquier tronco una barrera infranqueable.
Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó. Sus diminutos pies no dejaron de moverse.
De pronto se oyó la voz de un escarabajo: -Hacía dónde te diriges con tanto empeño?
Sudando ya el gusanito, le dijo jadeante: -Tuve un sueño y deseo realizarlo, subiré a esa montaña y desde ahí contemplaré todo nuestro mundo.
El escarabajo no pudo soportar la risa, soltó la carcajada y luego dijo: -Ni yo, con patas tan grandes, intentaría una empresa tan ambiciosa.
El se quedó en el suelo tumbado de la risa mientras la oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros.
Del mismo modo, la araña, el topo, la rana y la flor aconsejaron a nuestro amigo a desistir. No lo lograrás jamás! -le dijeron-, pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir.
Ya agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar a descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar. -Estaré mejor, fue lo último que dijo, y murió.
Todos los animales del valle por días fueron a mirar sus restos. Ahí estaba el animal más loco del pueblo. Había construido como su tumba un monumento a la insensatez. Ahí estaba un duro refugio, digno de uno que murió por querer realizar un sueño irrealizable.
Una mañana en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos.
De pronto quedaron atónitos. Aquella concha dura comenzó a quebrarse y con asombro vieron unos ojos y una antena que no podía ser la de la oruga que creían muerta.
Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas arcoiris de aquel impresionante ser que tenían frente a ellos: Una mariposa.
No hubo nada que decir, todos sabían lo que haría. Se iría volando hasta la gran montaña y realizaría un sueño, el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir. Todos se habían equivocado.
Dios nos ha creado para realizar un sueño, vivamos por él, intentemos alcanzarlo, pongamos la vida en ello y si nos damos cuenta que no podemos, quizá necesitemos hacer un alto en el camino y experimentar un cambio radical en nuestras vidas y entonces, con otro aspecto, con otras posibilidades y con la gracia de Dios, lo lograremós.

El éxito de la vida no se mide por lo que has logrado, sino por los obstáculos que has tenido que enfrentar en el camino.